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Estudio de la paratuberculosis en ganado caprino de raza verata en Extremadura

Lidia Balibrea Zúñiga, CICYTEX.

INTRODUCCIÓN:

La paratuberculosis (PTBC) es una enfermedad infectocontagiosa crónica del tracto gastrointestinal, de la que no existe tratamiento, que afecta principalmente a los rumiantes (bovinos, ovinos y caprinos), aunque también se ha descrito en otras especies como jabalíes, zorros, conejos o comadrejas. Tiene una dimensión mundial y está considerada por la OMS como una enfermedad de importancia global, a pesar de no estar incluida en las Enfermedades de Declaración Obligatoria.

Esta patología es causada por Mycobacterium avium, del complejo Mycobacterium avium intracellulare, subespecie paratuberculosis (MAP) y fue descrita por primera vez en Alemania en 1895 en el Instituto de Patología Veterinaria de Dresden por el profesor Johne y el Dr. Frothingham; de ahí que se le conozca como “Enfermedad de Johne´´.

En España, se confirmaron los primeros casos de paratuberculosis, tanto en ganado ovino (León) como en ganado caprino, en el año 1979 (Málaga, Córdoba y Granada).

Existen numerosos estudios que sugieren que M. avium subesp. Paratuberculosis (MAP) también podría estar implicada como causa de la Enfermedad de Crohn en los seres humanos, sin embargo, esta conexión es aún objeto de controversia, precisando de nuevos estudios para su confirmación.

Pero lo que sí está demostrado es que la infección por paratuberculosis del ganado doméstico es causa de considerables pérdidas económicas en muchos países, incluida España, que obedecen a la caída de la producción, sacrificio prematuro de los animales afectados e incremento de gastos veterinarios. El carácter predominantemente subclínico de la PTBC, hace que se notifiquen menos casos de los que en realidad se producen.

Actualmente, en la Península Ibérica coexisten distintas enfermedades en el contexto de la interfaz fauna silvestre-ganado doméstico, es decir, patologías que se transmiten entre estas como es la paratuberculosis, actuando las especies cinegéticas como reservorio.

En cuanto a la patogenia de la enfermedad, la puerta de entrada al organismo del hospedador es el sistema linfoide gastrointestinal, en concreto, las placas de Peyer, para después viajar hasta los macrófagos. En ellos, el sistema inmune, en ocasiones, es capaz de destruir a la micobacteria y el animal, superaría la infección; pero en la mayoría de los casos, la micobacteria sobrevive en el macrófago y es cuando el rumiante desarrolla la enfermedad o permanece durante largos periodos de tiempo como portador asintomático excretando gran cantidad de MAP por heces o leche.

Así, el sistema inmune del hospedador actúa de la misma forma que ante infecciones por otras micobacterias como la de tuberculosis, en la que se distinguen dos fases fundamentales, siendo la primera la llamada fase tuberculoide o paucibacilar, caracterizada por una respuesta inmune celular que desencadena una respuesta inflamatoria con la formación de granulomas destinados a aislar los focos de infección, coincidiendo con la etapa subclínica de la enfermedad (resulta difícil su detección); y la fase multibacilar, la cual se inicia con una respuesta inmunitaria humoral, generando anticuerpos,  tras los intentos fallidos de destrucción de MAP. Es en este momento cuando los macrófagos presentan gran cantidad de bacilos en su interior (imagen globi) y el flujo de células inflamatorias ocasiona un engrosamiento de la pared intestinal, dando lugar al síndrome de malabsorción y enteropatía con pérdida de proteínas; lo que llevará al animal a la expresión de los síntomas.

La paratuberculosis se transmite directamente por ingestión de material fecal infectado (contacto horizontal fecal-oral) y de calostros o leche infectada de la madre a sus crías o, indirectamente, por contacto con material y fómites contaminados; además, algunos animales asintomáticos pueden actuar como portadores del mismo. Los rumiantes suelen infectarse a los dos meses de vida pero, al ser una patología de curso crónico, los signos clínicos pueden aparecer a partir de los 2 años a lo largo de sus vidas o, incluso nunca llegar a manifestarlos, pudiendo transmitirla igualmente.

El cuadro clínico característico producido por MAP, se concreta por diarrea (aunque es menos frecuente en pequeños rumiantes debido a su elevada capacidad de absorción a nivel de intestino grueso) y pérdida de peso considerable, pudiéndose agravar tras periodos de estrés, además de apatía y un deterioro físico del animal como consecuencia de la patogenia bacteriana, que finaliza, en la mayoría de los casos, con la muerte por caquexia. Esta sintomatología es debida a una ileocolitis granulomatosa (en concreto, granulomas en la válvula ileocecal).

Por tanto, dado que no existe tratamiento contra la enfermedad, solo es posible la prevención a través de la implantación de medidas de bioseguridad como es la separación inminente de las madres de sus crías tras el nacimiento para evitar la transmisión, o la vacunación entre los 15 días y los seis meses de vida del animal. Esta cuestión es un poco ambigua, ya que presenta muchos beneficios reduciendo la excreción de bacterias, disminuyendo el número de casos clínicos y mejorando la producción de leche pero, a la vez, además de que no evita la infección, puede interferir en el diagnóstico de tuberculosis a través de la intradermotuberculinización, produciéndose en ocasiones reacciones cruzadas y dando así falsos positivos; por lo que se recomienda la vacunación en aquellas zonas exentas de tuberculosis y es por ello, entre otros motivos, que muchos ganaderos no aceptan la vacunación.

Existen varias posibilidades y técnicas de diagnóstico para la detección de paratuberculosis, a pesar de que la respuesta inmune del hospedador va cambiando durante la infección, y con ella el estadio de la enfermedad, las lesiones y la respuesta a las pruebas diagnósticas. Estas son principalmente:

  • Diagnóstico clínico.
  • ELISA: en muestras de sangre para detectar los anticuerpos presentes en un suero por medio de un antígeno fijado a un sustrato que sea reconocido por estos; o lo que es lo mismo, la respuesta inmune del hospedador.
  • PCR convencional y a tiempo real: mediante muestras de leche y sangre para encontrar ADN de MAP.
  • Cultivo de heces (ya que la principal fuente de excreción es el material fecal del animal infectado).
  • Técnica AGID para confirmación de animales seropositivos.

Sin embargo, se nos presentan dificultades para poder establecer una prevalencia real de la enfermedad y esto es debido a los siguientes factores, entre otros, como la baja sensibilidad de las técnicas de diagnóstico actuales en estadios tempranos, la falta de estudios de prevalencia, la larga duración del periodo de incubación (meses o años), la presencia de signos clínicos inespecíficos, la cronicidad de la enfermedad o la ausencia de registros reales de casos positivos en las explotaciones dado que no es una enfermedad de declaración obligatoria.

Por ello y, teniendo en cuenta todo lo descrito anteriormente de la enfermedad, así como la necesidad de conocer una prevalencia real en las explotaciones de caprino de raza verata de nuestra comunidad y mejorar la salud animal y pública, por consiguiente, surge el Proyecto de Investigación “Conocer la epidemiología de la paratuberculosis en cabras veratas de la Comunidad Autónoma de Extremadura (2021/22)´´, una colaboración entre la Asociación extremeña de Criadores de caprino de raza verata (ACRIVER), cuya finalidad es la conservación, protección y mejora de esta raza autóctona y el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), subvencionado por la Junta de Extremadura y haciendo uso de las instalaciones de la Facultad de Veterinaria de Cáceres para el procesado y diagnóstico de las muestras obtenidas.

En el Proyecto participaron un total de 52 explotaciones de caprino verata, de las cuales 2 pertenecen a la Junta de Extremadura, situada en el CENSYRA y en Valdesequera y una tercera en la Granja de la Facultad de Veterinaria; el resto son particulares.

La raza verata es autóctona de Extremadura, teniendo su origen en La Vera y se caracteriza por ser de doble actitud, aunque suele destinarse, en mayor medida, para producción láctea y con el fin de aprovechar los recursos pastables en unas zonas muy desfavorecidas, donde difícilmente cabe la explotación rentable de otro tipo de ganado.

 

OBJETIVOS DEL PROYECTO:

  • Determinar la prevalencia de la paratuberculosis en estas explotaciones.
  • Evaluar el riesgo de ingreso en la cadena alimentaria de MAP a través de la leche y sus derivados.
  • Mejorar la sanidad animal de los rebaños.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Dicho Proyecto se dividide en 3 fases. Así, en primer lugar, se inicia con la visita a las explotaciones, información de la importancia y riesgos de la enfermedad y entrevista a los ganaderos partícipes del mismo, para valorar el estado sanitario del rebaño, el manejo o de la organización de las granjas, en la que se pone de manifiesto la siguiente información:

31 de estas explotaciones presentan una población animal entre 100-400 cabezas de ganado y, a raíz de lo comentado al comienzo del artículo, el 70% de estas comparten hábitat con la fauna silvestre.

En cuanto a los planes sanitarios implantados en los rebaños, sólo 6 vacunan frente a MAP y, como dato importante, un par de explotaciones han tenido que llevar a cabo un vacío sanitario por infección de tuberculosis.

¿QUÉ TIPO DE MUESTRAS OBTUVIMOS?

En una primera fase, 2 muestras de leche de tanque. En total 156 muestras. La explicación es, como hemos apuntado anteriormente, que dicha bacteria se excreta por la leche; incluso, se ha demostrado que hay animales que excretan el MAP sin presentar signos o que la excreción sea intermitente. El periodo en el que se elimina con más abundancia es el secado (en torno a los 60 días postparto), por lo que lo más efectivo sería la obtención de la misma en varias épocas del año para así valorar la existencia de infección en la explotación.

Y por ese mismo motivo y debido a que en el tanque habría tal volumen de leche que las muestras podrían estar muy diluidas, en la segunda fase se procedió a la toma en un número representativo de animales de muestras de leche y sangre simultáneamente, para aumentar las posibilidades de la detección bacteriana; además de heces para confirmar los casos de explotaciones positivas y descartar las negativas. Obtuvimos un total de 94 muestras de leche y 151 de sangre.

Sin embargo y a pesar de que las siguientes actuaciones quedaban exentas de subvención económica, les propusimos a todos los ganaderos participantes del estudio continuar chequeando de paratuberculosis a todos sus animales debido a la importancia y riesgos que presenta la enfermedad y aceptaron 5 de ellos, asumiendo los costes. En este caso, en la tercera fase, se procedió a la recogida de 474 muestras de sangre de animales procedentes de las 5 explotaciones.

¿A QUÉ ANIMALES?

En la segunda fase, a aquellos que presentaban indicios de padecer la enfermedad. Animales apáticos, con diarreas o con una condición corporal notablemente baja. En el caso de las explotaciones donde los animales presentaban un aspecto aparentemente normal, sería una toma aleatoria.

En la tercera fase, todos los animales de cada explotación que continuara en el estudio.

 PROCESADO DE MUESTRAS

  1. Muestras de sangre à ELISA, es más sensible en estadios avanzados de la enfermedad al excretar más cantidad de MAP al medio ambiente. Estas muestras de sangre se desueran y se procede a la técnica serológica.
  2. Muestras de leche à PCR real time y PCR convencional. Técnicas más sensibles que el anterior. Consiste en detectar los fragmentos de ADN IS900 y f57. Para ello, inicialmente extraemos el ADN con “QIAamp DNA Blood Mini Kit´´ y lo sometemos por duplicado a los dos tipos de PCR. La primera de las cuales persigue detectar el fragmento de inserción de f51 por qPCR, la segunda mediante dicha PCR pero para el fragmento IS900 y, por último, una PCR convencional con el mismo elemento de inserción. Así mismo, nos permitirá establecer una comparación de estas.
  3. Muestras de heces à Análisis coprológico y posterior bacteriología.

 

RESULTADOS OBTENIDOS:

Tras los resultados negativos de la totalidad de las muestras de leche recogidas del tanque y haber recogido en una segunda visita y/o fase, de las 151 muestras de sangre, resultaron positivas 37; es decir, 37 animales (en total 20 explotaciones positivas a PTC) elegidos aleatoriamente, en algunos casos, presentaban anticuerpos frente a MAP, que se traduce en un 24’5% de positividad; y en las 94 muestras de leche analizadas mediante PCR, resultaron positivos 27 animales o, lo que es lo mismo, 26 explotaciones.  En concreto, 26 muestras resultaron positivas en PCR real time frente a las 11 positivas mediante PCR convencional. Es decir, aproximadamente un 27’65% de los animales presentaban la enfermedad.

Dichos animales, por tanto, estaban excretando en el momento de la recogida de muestras MAP detectado mediante PCR.

En la tercera fase, de 474 muestras de sangre recogidas, únicamente positivas en ELISA hemos hallado 19, pertenecientes a 5 explotaciones (en torno a un 4% de positividad).

 

DISCUSIÓN:

A pesar del número de positivos frente a la PTC detectados en este estudio, muchos animales que presentaban una sintomatología muy clara, resultaron negativos en ELISA o PCR; el hecho de que no se haya podido determinar el ADN de MAP o los anticuerpos generados al haber estado en contacto con la misma, no exime de que realmente exista una infección frente a la paratuberculosis por todo lo expuesto durante el artículo, como es el largo periodo de incubación, los periodos intermitentes de excreción de la bacteria o la posibilidad de no generar anticuerpos aun habiendo sido infectados por la misma. En ocasiones, cuando los animales tienen una determinada edad, pueden comportarse como anérgicos y no desarrollar las defensas determinadas y, por tanto, no ser detectadas en la técnica ELISA.

Cabe destacar que, en la segunda fase, en la que participaron las 52 explotaciones, sólo se analizaron un número representativo de las mismas, elegidos también al azar; esto reduce las posibilidades de detectar científicamente la enfermedad de Johne en los rebaños.

Nuestra recomendación a aquellas explotaciones de ganado (de caprino en particular), es la vacunación a todos los animales además de extremar las medidas de bioseguridad como prevención de la enfermedad, como pueden ser la optimización de la limpieza y desinfección, especialmente en las naves de maternidad, la separación de las crías de sus madres inmediatamente después del parto, el uso de calostro de cabras negativas o artificial o el mantenimiento de la limpieza de las ubres durante su recolección.

En cuanto al riesgo de ingreso de MAP en la cadena alimentaria, se hace necesario seguir estudiando en la posible transmisión zoonótica de la paratuberculosis a los humanos, sobre todo a través de los subproductos animales como el queso de cabra de leche cruda, ya que numerosos estudios apuntan al posible peligro que podría ocasionar, dado que la bacteria MAP es muy resistente incluso a los procesos térmicos de la leche como la pasteurización y más, si hablamos de niños o personas inmunodeprimidas con un sistema inmunitario débil; todo ello teniendo en cuenta nuestros hallazgos positivos de MAP en leche.

En relación a las técnicas de diagnóstico, confirmamos que la técnica ideal para diagnóstico en colectivos es la serología (Técnica ELISA) frente otros métodos como, por ejemplo, la técnica AGID y, por último, añadir que la qPCR o PCR real time ha demostrado ser más sensible y específica que la PCR convencional para la detección del fragmento de inserción IS900 y en cuanto al fragmento f57, este resulta muy específico, puesto que solo se obtiene una copia por genoma, resultando más complicada su detección.

 

CONCLUSIONES:

El estudio realizado con el fin de determinar la epidemiología de la paratuberculosis en ganado caprino de raza verata en Extremadura ha obtenido resultados favorables, demostrando la necesidad de actuación mediante medidas de prevención y control frente a esta patología en las diferentes explotaciones analizadas, siendo la separación de las madres de sus cabritos la primera actuación una vez instaurada la enfermedad, para mejorar la salud animal y evitar pérdidas de producción. Así como contribuir a la optimización de los recursos disponibles y favorecer la rentabilidad del ganado.

Se necesita investigar acerca de la posible transmisión o repercusión de la Enfermedad de Johne en los seres humanos, ya que podría suponer un riesgo para la salud pública, si además tenemos en cuenta que esta patología no suele declararse oficialmente.