Con la llegada de abril, nos despedimos del invierno y recibimos una primavera que despierta con un verdor resplandeciente, producto de las últimas lluvias que han caído en nuestras tierras.
Este mes, la serenidad de las dehesas extremeñas nos regala un paisaje donde la vida florece en armonía. Observamos cómo el ganado se pasea con placidez por estas praderas, simbolizando la armonía entre la tierra y el cielo. Abril nos invita a reflexionar sobre el renacimiento y el ciclo de la vida, mientras nos preparamos para disfrutar y cuidar de la naturaleza que nos rodea.